
Por fin, Juan volvió a mirarme. "No estoy hablando de lo que
estás haciendo. ¿Estás lleno del amor de Jesús, tal como estabas
el primer día que creíste en él?"
- Las palabras se abrieron camino hasta lo profundo de mi alma,
y sentí derretirme por dentro como un cubo de mantequilla en
una sartén.
"N... N... N... ¡No!" Parecía que la palabra no podía salir.
Cuando por fin salió, salió un suspiro largo. "Esto no ha
funcionado por años. Parece que cuánto más hago para Dios,
más se aleja él de mí."
"O, quizás más te alejas tú de él."
"¿Qué?" - Quienquiera que él era, él miraba todo desde un
ángulo diferente.
"¿Sabes por qué te sientes tan vacío?"
"Realmente no lo he pensado, Juan. He estado ocupado, y
parece que Dios me usa para tocar a la gente. Yo simplemente
suponía que así tiene que ser. No me doy permiso a pensar en
ello demasiado. Me desanima demasiado. -Quiero decir, tengo
mucho por que estar agradecido, una esposa que me ama y me
comprende, unos hijos maravillosos, un hogar hermoso y estoy
sirviendo a Dios con todo lo que tengo. Pero estoy vacío aquí
dentro." Golpeaba mi pecho con el puño, y mis ojos se
humedecieron aún más.
"Tu conversación con Eduardo te dio miedo, ¿no es verdad?"
"¿Cómo?" Por segunda vez, él me tomaba de sorpresa.
"Quizás te sientes igual de vacío como se siente él, pero no
quieres detenerte para reconocerlo. Quizá las palabras que le
dijiste a el eran realmente para ti."
"Nunca hubiera pensado en esto; pero recuerdo que me sentí
muy incómodo cuando él hablaba. El me hacia preguntas que
yo no quería contestar."
"¿Sabes de qué se trata en todo esto, Jacobo?" - Juan se recargo
en la banca, cruzó sus brazos sobre su pecho y miró hacia los
niños que jugaban. - "Se trata de la vida - la vida real de Dios
que llena tu vida. La clase de amistad que Adán tenía con él
cuando caminaba en el jardín de Edén. La vida de Dios no es
una abstracción teológica. Es plenitud, libertad, gozo y paz de
vivir en él y persiste aun frente a tus peores circunstancias.
Jesús vino para compartir esta vida con cada uno que pone su
confianza en él, en vez de que cada uno intente controlar su
propia vida.
No se trata de trabajar duro, tener un ministerio grande o un
edificio nuevo. Se trata de una vida que puedes ver, saborear y
tocar; algo que puedes disfrutar cada día que vives. Yo sé que
mis palabras no lo pueden describir adecuadamente, pero tú
sabes de lo qué estoy hablando. Tuviste momentos así, ¿no es
verdad?"
"Sí. Sí los he tenido, pero siempre fueron tan pasajeros.
Recuerdo como era así en los primeros días, pero ahora estoy
lejos de eso. ¿Qué está mal conmigo? ¿Cómo puedo ser un
cristiano de tanto tiempo, estar tan activo en la iglesia y no
captar lo importante? ¿Cómo es que yo pierdo el contacto con
esta vida, aunque no lo quiera?"
"Lo he visto suceder vez tras vez", respondió Juan. "Es como
una epidemia hoy día. De alguna manera, nuestra experiencia
espiritual hace que le demos mayor importancia a las cosas
equivocadas y al final estamos distraídos de la vida verdadera.
Estos son algunos parrafos del libro " ¿Así que ya no quieres ir a la iglesia? "
te dejo el link para que lo leas.
Bendiciones


