Existe Dios?

Todos alguna vez nos preguntamos si en verdad existe  Dios o es un mero cuento que nos han enseñado durante miles de años, para mantenernos entretenidos y hagamos cosas buenas.
Como yo tuve esa misma duda decidí investigar acerca de este tema y llegue a las siguientes conclusiones:
Al cuestionarnos la existencia de Dios una de las primeras cosas que pensamos es la siguiente “afirmación”: “el bien y el mal no existen, es relativo y si el bien y el mal no existen por ende Dios tampoco existe, todo depende de la cultura y todas las culturas son diferentes”.

En uno de sus libros C.S Lewis (el autor de las Crónicas de Narnia y gran amigo de Tolkien, el del Señor de los Anillos) escribe lo siguiente:
“Si un hombre se pasa algunos días en una biblioteca con una enciclopedia de Religiones y ética, pronto se descubrirá la masiva unanimidad de la razón práctica en el hombre. En el himno babilónico a Samos, en las leyes de Manu, el Libro de los Muertos (recuerden la película: “la Momia”), los analectas, los estoicos, los platónicos, los aborígenes australianos y los pieles rojas, el lector encontraría las mismas y triunfantes monótonas condenas a la opresión, el asesinato, la traición y la falsedad; los mismos mandamientos de amabilidad a los ancianos, los niños y los débiles, de caridad, imparcialidad y honestidad”.

En este momento pensamos: “si esto es cierto, ¿por qué se mataban a la gente alegando que eran brujas?”, pues muy sencillo, si tu creyeras que una persona es la misma representación del diablo, ¿tú no la matarías también? Nos regimos bajo una misma base de reglas, solo que aplicadas un poco a nuestra manera y a veces con repercusiones nefastas.
Por lo tanto el bien y el mal son similares en todos los seres humanos, todos nos regimos bajo las mismas leyes morales del bien y el mal, aunque cambian un poco segun la cultura se mantiene la misma base.
No podemos echarle la culpa de esto a un gen, no podemos decir que es algo común en la naturaleza, ya que los monos matan a las crías de una mona para poder tener relaciones y herencia con esa mona y muchos otros animales hacen esto también. Además los animales no distinguen entre el bien y el mal.
Por lo tanto al existir una ley moral que nos rige a todos por igual y al no haber una cuestión filosófica o científica para negar tal ley, abrimos un portillo a la existencia de un ser superior a nosotros.

"Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame"


¿Qué significa hoy "tomar la cruz" y seguir a Jesús? Ver que el camino del cristiano, igual al camino de Jesús, también es un camino de pasión, muerte y resurrección. Pero no olvidemos que antes de llamarnos a esa opción él nos aconseja: "Niégate a ti mismo". El cristianismo es costoso, el Evangelio es claro. Querer ser fiel y vivir un cristianismo de supermercado es una contradicción. El seguimiento de Cristo es para tomarlo en serio, sin componendas, sin pretender acoplarlo a los caprichos personales por muy atrayentes que puedan ser.
El cristianismo, tal y como el Evangelio lo demuestra, es para personas que buscan ser coherentes. No podemos creer en Dios a nuestra manera, ya que es la única manera que Dios no quiere que creamos en él. Nuestros actos conllevan una responsabilidad a los ojos de Dios. Hay que tomar la cruz.
No pensemos que por quitarnos la cruz con algún método, el cristianismo será más fácil. Es una mentira. El cristianismo sin cruz no existe. Aceptar la cruz que me corresponde, pero colocando nombre y apellidos, no una cruz idealista, sino la propia. 
Demos las gracias a Dios, por la cruz que me toca llevar, por todas las contrariedades que me presenta la vida y que debo llevar con altura y dignidad, mostrándome sumamente positivo y constante. Que no sea nuestra voluntad sino la suya.

LA PERCEPCION Y LA REALIDAD


En realidad Dios nunca ha actuado para con nosotros de ninguna otra manera que con una profundidad
de amor que resulta imposible creer con comprensión humana. Se que a veces no parece así. Cuando da
la impresión de que el ignora fríamente nuestras oraciones mas nobles, nuestra confianza en El puede
ser fácilmente destrozada y empezamos a preguntarnos si le importamos. Hasta podemos escribir una
lista de nuestros propios fracasos que pueden, al parecer, justificar su indiferencia e invitarnos a una
fuente oscura de odio para con nosotros mismos.
Cuando estamos jugando al juego del “me ama-no me ama”, las pruebas contra Dios puede parecer
apabullantes. Por motivos que veremos en las próximas páginas, Dios raramente hace las cosas que
nosotros pensamos que su amor le provocaría hacer por nosotros. Frecuentemente pareciera que el esta
inactivo con indiferencia mientras nosotros sufrimos.
¿Cuantas veces nos parece que el defrauda nuestras expectativas mas nobles?
Pero nuestra percepción no es necesariamente la realidad. Si definimos a Dios solo en nuestra
interpretación limitada de nuestras circunstancias, nunca descubriremos quien el es realmente.
Sin embargo, el nos ha dado una forma mucho mejor, donde nuestro enfoque al estilo de pétalos de
margarita puede ser tragado por la prueba innegable de su amor por nosotros sobre la Cruz de Calvario.
Ese es el lado de la cruz que ha sido casi ignorado en las últimas décadas. No hemos visto lo que
realmente ocurrió allí entre el Padre y su Hijo, que nos abre una puerta tan vasta y ciertamente a su
amor que nunca lo podemos dudar ni siquiera en nuestros días mas oscuros.
A través de esa puerta podemos realmente saber quien es Dios y recibir la relación con el que la parte
mas profunda de nuestro corazón ha estado necesitando tener. Ahí empezaremos, porque únicamente
dentro del contexto de la relación que Dios desea tener con nosotros es a donde podemos empezar a
descubrir la gloria de su amor.
El si te ama mas profundamente de lo que puedas imaginar; y así te ha amado durante toda tu vida. Una
vez que aceptes esa verdad, tus problemas nunca van a causar que cuestiones el afecto de Dios o causar
que te preguntes si has hecho lo suficiente para merecértelo. En vez de temer que el te haya dado su
espalda, podrás confiar en su amor en los momentos en los que lo necesitas mas que nunca. Hasta
podrás ver de las formas mas raras, como ese amor puede circular desde dentro tuyo a un mundo que
esta famélico por el.
Aprender a confiar en el de esa forma no es algo que ninguno de nosotros pueda resolver en un
instante; pero es algo que aprenderemos a descubrir durante nuestras vidas enteras. Dios sabe lo difícil
que es para nosotros aceptar su amor y nos enseña con más paciencia de la que podemos esperar. A
través de cada circunstancia y de las maneras mas sorprendentes, el demuestra su amor por nosotros en
formas que nosotros podemos entender.
Así que, quizás ya ha llegado el momento de dejar nuestras margaritas a un lado y descubrir que no es
el miedo de perder el amor de Dios que nos mantendrá en este camino, si no, la simple alegría de vivir
en el cada día.
El día que lo descubras, empezaras a vivir realmente!
Que gran amor nuestro Padre nos ha dado, para que seamos llamados, hijos de Dios! Y eso es lo que
somos!
--1 Juan 3:1
“Que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados
y cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los
santos cual sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de
conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis
llenos de toda la plenitud de Dios. Y a aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que actúa en nosotros”.

La vida =)


Por fin, Juan volvió a mirarme. "No estoy hablando de lo que
estás haciendo. ¿Estás lleno del amor de Jesús, tal como estabas
el primer día que creíste en él?"
- Las palabras se abrieron camino hasta lo profundo de mi alma,
y sentí derretirme por dentro como un cubo de mantequilla en
una sartén.
"N... N... N... ¡No!" Parecía que la palabra no podía salir.
Cuando por fin salió, salió un suspiro largo. "Esto no ha
funcionado por años. Parece que cuánto más hago para Dios,
más se aleja él de mí."
"O, quizás más te alejas tú de él."
"¿Qué?" - Quienquiera que él era, él miraba todo desde un
ángulo diferente.
"¿Sabes por qué te sientes tan vacío?"
"Realmente no lo he pensado, Juan. He estado ocupado, y
parece que Dios me usa para tocar a la gente. Yo simplemente
suponía que así tiene que ser. No me doy permiso a pensar en
ello demasiado. Me desanima demasiado. -Quiero decir, tengo
mucho por que estar agradecido, una esposa que me ama y me
comprende, unos hijos maravillosos, un hogar hermoso y estoy
sirviendo a Dios con todo lo que tengo. Pero estoy vacío aquí
dentro." Golpeaba mi pecho con el puño, y mis ojos se
humedecieron aún más.
"Tu conversación con Eduardo te dio miedo, ¿no es verdad?"
"¿Cómo?" Por segunda vez, él me tomaba de sorpresa.
"Quizás te sientes igual de vacío como se siente él, pero no
quieres detenerte para reconocerlo. Quizá las palabras que le
dijiste a el eran realmente para ti."
"Nunca hubiera pensado en esto; pero recuerdo que me sentí
muy incómodo cuando él hablaba. El me hacia preguntas que
yo no quería contestar."
"¿Sabes de qué se trata en todo esto, Jacobo?" - Juan se recargo
en la banca, cruzó sus brazos sobre su pecho y miró hacia los
niños que jugaban. - "Se trata de la vida - la vida real de Dios
que llena tu vida. La clase de amistad que Adán tenía con él
cuando caminaba en el jardín de Edén. La vida de Dios no es
una abstracción teológica. Es plenitud, libertad, gozo y paz de
vivir en él y persiste aun frente a tus peores circunstancias.
Jesús vino para compartir esta vida con cada uno que pone su
confianza en él, en vez de que cada uno intente controlar su
propia vida.
No se trata de trabajar duro, tener un ministerio grande o un
edificio nuevo. Se trata de una vida que puedes ver, saborear y
tocar; algo que puedes disfrutar cada día que vives. Yo sé que
mis palabras no lo pueden describir adecuadamente, pero tú
sabes de lo qué estoy hablando. Tuviste momentos así, ¿no es
verdad?"
"Sí. Sí los he tenido, pero siempre fueron tan pasajeros.
Recuerdo como era así en los primeros días, pero ahora estoy
lejos de eso. ¿Qué está mal conmigo? ¿Cómo puedo ser un
cristiano de tanto tiempo, estar tan activo en la iglesia y no
captar lo importante? ¿Cómo es que yo pierdo el contacto con
esta vida, aunque no lo quiera?"
"Lo he visto suceder vez tras vez", respondió Juan. "Es como
una epidemia hoy día. De alguna manera, nuestra experiencia
espiritual hace que le demos mayor importancia a las cosas
equivocadas y al final estamos distraídos de la vida verdadera.

Estos son algunos parrafos del libro " ¿Así que ya no quieres ir a la iglesia? "
te dejo el link para que lo leas.

Bendiciones

Eran aproximadamente las 8:00 de la mañana.
Las oraciones en el aposento alto habían llegado a ser tremendamente reales, y muy denodadas. La presencia del Señor era también muy real. De repente se oyó un sonido muy fuerte. Parecía venir del cielo. Era un estruendo potente, ensordecedor, que se hacía más fuerte y más próximo.
Aquel aposento casi se bamboleó bajo la furia de ese soplo. Algo increíble estaba sucediendo. ¿Qué era aquello? ¿Era la vida de que el Señor había hablado? ¿O el Espíritu Santo que El había prometido? ¿El poder que había prometido dar? ¿El reino del cual El había hablado? Una cosa era cierta: algo celestial estaba a punto de dar en la tierra.
Y entonces ocurrió. Allí mismo delante de ellos. El sonido de ese viento que venía del cielo entró en aquel aposento en la tierra. Los inundó aquella maravillosa sensación de la realidad, intimidad y presencia de Jesucristo, esa sensación que só1o habían experimentado cuando se encontraban en su real presencia mientras El estuvo aquí sobre la tierra. Y ahora esa misma gloriosa presencia llenaba el aposento. Aún más, se percibía una tremenda sensación de su divina autoridad.
¡De repente todos lo supieron!¡El Espíritu Santo había venido! El aliento divino estaba allí —asentado sobre cada persona que estaba en el aposento.
El recinto entero estaba lleno, absolutamente lleno, saturado y rebosante del Espíritu Santo. La presencia del Espíritu de El los envolvía y los sumergía a todos.
¡Nunca había habido nada semejante a aquello, nunca jamás! Entonces alguien gritó. Subió un grito de indecible gozo. Luego otro, Y otro más... Eran expresiones de alabanza y de gloria al Señor por lo que El había hecho en medio de ellos. Pero no había forma en que un ser humano pudiera dar expresión adecuada a semejante momento. No obstante, todos tenían que tratar. Contener la alabanza en un momento semejante habría sido tan inconcebible como imposible. En unos momentos el gozo de todos los creyentes reunidos allí se fundió en un grandioso y ascendente crescendo de alabanza.
¿Y qué era aquello? Ese día, en la ciudad de Jerusalén, el gobierno y el Reino que hasta entonces tan sólo el Cielo había conocido —al fin— invadieron la tierra. En ese día el Reino de los Cielos tocó la tierra. ¡Qué acontecimiento tan sobrecogedor! ¡Por fin el Reino de Dios se había ensanchado! Había pasado a la ofensiva. Había ocupado un nuevo territorio. Se había establecido una cabeza de playa para el Reino de los Cielos en este planeta. Podría parecer que era un humilde comienzo, pero estaba destinada a ensancharse.
¿Qué había sucedido?
El acontecimiento más tremendo de la historia humana. ¡Una semilla había llegado a ser una hogaza!
Había nacido la iglesia.!!!!!!



http://seedsowersdownloads.com/free_downloads/spanishBooks/RevolutionSpanish.pdf

Gran Libro que Explica como se formó la iglesia :)

abstracto Cristianismo pagano


¡Nosotros hacemos todo según la Palabra de Dios! ¡El Nuevo Testamento es nuestra guía
de fe y práctica! ¡Vivimos... y morimos... por este Libro!
Las palabras tronaban de la boca del pastor Farías en su sermón del domingo a la
mañana. El Sr. Wilfredo Sinibaldo, un miembro de la iglesia del pastor Farías, las había escuchado decenas de veces antes. Pero esta vez era diferente. Vestido con su traje azul, sentado rígidamente en el último banco con su esposa, Trifosa Sinibaldo, Wilfredo contemplaba el techo mientras el pastor hablaba y hablaba acerca de “hacer todo según el Libro sagrado”.
Una hora antes de empezar su sermón el pastor, Wilfredo había tenido una fuerte pelea
con Trifosa. Esto era frecuente cuando Wilfredo, Trifosa y sus tres hijas, Felicia, Gertrudis y Zanobia, se preparaban para ir a la iglesia los domingos a la mañana.
Su mente empezó a revivir el evento...
“¡Trifosaaa! ¿Por qué no están listas las niñas? ¡Siempre llegamos tarde! ¿Por qué
nunca las puedes alistar a tiempo?”, espetó Wilfredo.
La respuesta de Trifosa era típica. “¡Si alguna vez se te ocurriera ayudarme, esto no
sucedería siempre! ¿Por qué no empiezas por darme una mano en esta casa?”. La
discusión fue de un lado a otro hasta que Wilfredo se volvió contra las niñas: “¡Zanobia Sinibaldo!... ¿Por qué no puedes respetarnos lo suficiente como para estar lista a tiempo?... Felicia, ¿cuántas veces debo decirte que apagues tu Play Station antes de las 9?”. A menudo una o más de las tres niñas se ponía a llorar a medida que aumentaban las recriminaciones.
Vestidos con su mejor ropa de domingo, la familia Sinibaldo se dirigió a la iglesia a una velocidad suicida. (Wilfredo odiaba llegar tarde y había recibido tres multas por exceso de velocidad el año pasado, ¡todas el domingo a la mañana!)
Mientras se acercaban a toda velocidad al edificio de la iglesia, el silencio en el coche era ensordecedor. Wilfredo estaba furioso. Trifosa estaba de mal humor. Con las cabezas gachas, las tres niñas Sinibaldo intentaban preparar sus mentes para algo que detestaban: ¡soportar otra aburrida hora de escuela dominical!
Cuando llegaron al estacionamiento de la iglesia, Wilfredo y Trifosa bajaron del coche elegantemente, luciendo grandes sonrisas. Tomados del brazo, saludaron a otros miembros de la iglesia, riéndose y haciendo de cuenta que todo estaba bien. Felicia, Gertrudis y Zanobia siguieron a sus padres con sus cabezas erguidas.
Estos eran los recuerdos frescos pero dolorosos que recorrían la mente de Wilfredo
aquel domingo a la mañana mientras el pastor Farías seguía con su sermón. Absorto en sus críticas, Wilfredo empezó a hacerse algunas preguntas penetrantes: “¿Por qué estoy todo emperifollado dando la apariencia de ser un buen cristiano cuando actué como un pagano sólo una hora atrás?... Me pregunto ¿cuántas otras familias han tenido la misma penosa experiencia esta mañana? Sin embargo, lucimos todos bien perfumados y arreglados en la presencia de Dios”.

Este tipo de preguntas nunca antes habían entrado en la conciencia de Wilfredo.
Mientras echaba una ojeada a la esposa y los hijos del pastor Farías, sentados
primorosamente en el primer banco, Wilfredo fantaseó: “Me pregunto si el pastor Farías le gritó a su esposa y a sus hijos esta mañana... Hmmmm...”
La mente de Wilfredo seguía discurriendo en este sentido mientras veía al pastor
golpear el púlpito y levantar la Biblia con su mano derecha. Su fogoso discurso continuaba así: “¡Nosotros en la Primera Iglesia de la Comunidad Bíblica del Nuevo Testamento hacemos todo según este libro! ¡TODO! ¡Esta es la Palabra de Dios, y no podemos
desviarnos de ella... ni un solo milímetro!”.
Mientras los gritos salían de los labios del pastor Farías, Wilfredo tuvo repentinamente un pensamiento que nunca antes se le había ocurrido: “Yo no recuerdo haber leído en la Biblia que los cristianos deben arreglarse para ir a la iglesia. ¿Es esto algo según el Libro?”.
Este solitario pensamiento desató un torrente de otras preguntas punzantes. Mientras
decenas de personas sentadas rígidamente en sus bancos cubrían su horizonte, la mente de Wilfredo se veía inundada por estas preguntas. Preguntas que se supone que ningún
cristiano debe hacerse. Por ejemplo:
“¿Será estar sentado en un banco sin almohadón, viendo las nucas de cinco filas de
asientos durante cuarenta y cinco minutos, hacer las cosas según el Libro? ¿Por qué
gastamos toda esta plata para mantener este edificio, cuando estamos aquí solamente unas pocas horas dos veces a la semana? ¿Por qué la mitad de la congregación apenas puede permanecer despierta cuando predica el pastor Farías? ¿Por qué odian mis hijas la escuela dominical? ¿Por qué pasamos por este mismo previsible y aburrido ritual cada domingo a la mañana? ¿Por qué voy a la iglesia cuando me muero de aburrimiento y no me aporta nada espiritualmente? ¿Por qué me pongo esta corbata incómoda cada domingo a la mañana cuando todo lo que parece lograr es cortar la circulación de la sangre a mi cerebro?”.
Wilfredo luchaba en su interior mientras las preguntas seguían entrando en su mente. Le parecía impuro y sacrílego pensar en estas cosas. Sin embargo, algo estaba pasando dentro de él que le obligó a dudar de toda su experiencia eclesiástica. Estos pensamientos habían estado latentes en su subconsciente durante años. Hoy habían aflorado.
Es interesante que las preguntas que Wilfredo tenía ese día son preguntas que
prácticamente nunca entran en el pensamiento consciente de la mayoría de los cristianos.
Esos pliegues simplemente no aparecen en nuestros cerebros. Sin embargo, lo que
realmente había pasado era que los ojos de Winchester se habían abiertos.
Por asombroso que pueda parecer, casi todo lo que se hace en nuestras iglesias
contemporáneas no tiene base bíblica. Mientras los pastores rugen desde sus púlpitos
diciendo que son “bíblicos” y siguen la “pura Palabra de Dios”, sus palabras los traicionan.

Es alarmante que muy poco de lo que se observa hoy en el cristianismo contemporáneo se relaciona con algo que se encuentre en la iglesia del primer siglo.

Preguntas que nunca se nos ocurre preguntar

Sócrates (470-399 a.C.) es considerado por algunos historiadores como el padre de la
filosofía. Nacido y criado en Atenas, acostumbraba recorrer la ciudad haciendo preguntas y analizando asuntos implacablemente. Sócrates cuestionaba audazmente las creencias
populares de su tiempo. Él pensaba libremente sobre asuntos que los demás atenienses
consideraban que estaban cerrados a la discusión.
Su hábito de acosar a las personas con preguntas penetrantes y acorralarlas en diálogos críticos acerca de las costumbres que aceptaban terminó por llevarlo a la muerte. Su
incesante cuestionamiento de tradiciones fuertemente arraigadas hizo que los líderes
atenienses lo acusaran de “corromper a la juventud”. Como resultado, le quitaron la vida.
Los demás atenienses recibieron un mensaje claro: ¡Todos los que cuestionen las
costumbres establecidas correrán el mismo destino!
Sócrates no fue el único filósofo en sufrir fuertes represalias por su anticonformismo:
Aristóteles fue exiliado, Spinoza fue excomulgado y Bruno fue quemado vivo, sin
mencionar a los miles de cristianos que fueron torturados y martirizados por la iglesia institucional porque osaron cuestionar sus enseñanzas.
Como cristianos, nuestros líderes nos enseñan a creer ciertas ideas y comportarnos de
ciertas maneras. Sí, tenemos la Biblia. Pero estamos condicionados a leerla con la lente que nos entrega la tradición cristiana a la cual pertenecemos. Se nos enseña a obedecer a nuestra denominación (o movimiento) y jamás cuestionar lo que enseña.

En este momento, todos los corazones rebeldes están aplaudiendo y están tramando
usar los párrafos anteriores para causar estragos en sus iglesias. Si usted es una de estas
personas, querido corazón rebelde, está muy lejos de entenderme. No estoy de su lado.

Mi consejo: deje su iglesia calladamente, rehusando causar divisiones, o quédese en paz con ella. Hay una enorme diferencia entre la rebelión y asumir una postura a favor de la verdad.

A decir verdad, aparentemente los cristianos nunca nos preguntamos por qué hacemos
lo que hacemos. En cambio, seguimos cumpliendo alegremente nuestras tradiciones
religiosas, sin preguntarnos de dónde surgieron. La mayoría de los cristianos que dicen defender la integridad de la Palabra de Dios nunca han investigado para ver si las cosas que hacen domingo tras domingo cuentan con algún fundamento bíblico. ¿Cómo lo sé? Porque,
si lo hicieran, los llevaría a algunas conclusiones muy perturbadoras, conclusiones que los obligaría por conciencia a abandonar para siempre lo que están haciendo.
Es llamativo que el pensamiento y la práctica de la iglesia contemporánea han sido
influidos mucho más por sucesos históricos postbíblicos que por los imperativos y ejemplos del Nuevo Testamento. Sin embargo, la mayoría de los cristianos no son conscientes de esta influencia. Tampoco son conscientes de que esto ha creado un cúmulo de caras tradiciones calcificadas y de creación humana, todas las cuales se nos suelen presentar como
“cristianas”.


LINK DEL LIBRO http://www.scribd.com/doc/30801617/El-Cristianismo-Pagano-Fran-Viola

EL INEXORABLE AMOR DE DIOS

Quiero hablarle sobre la palabra inexorable. Significa no disminuido en
intensidad o esfuerzo; que no cede, inalterable e incapaz de ser cambiado o
persuadido por argumentos. Ser inexorable quiere decir mantener fijamente un
curso determinado.

¡Qué descripción tan maravillosa del amor de Dios! El amor de nuestro Señor
es absolutamente inexorable. Nada puede impedir o disminuir su búsqueda amorosa
tanto de pecadores como de santos. David, el salmista, lo expresó de esta
manera: "Detrás y delante me rodeaste… ¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú;
y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás" (Salmos 139:5,
7–8).

David se está refiriendo a los grandes altibajos que enfrentamos en la vida.
Está diciendo: "Hay momentos en los que estoy tan bendecido que me siento como
flotando de gozo. En otros momentos, me siento como si estuviera viviendo un
infierno, condenado e indigno. Pero no importa donde estoy, Señor, no importa
cuán bendecido me sienta, o cuán baja sea mi condición, Tú estás ahí. No
puedo escapar de tu amor inexorable. Y tampoco puedo ahuyentarlo. Tú nunca
aceptas mis argumentos de cuán indigno soy. Aun cuando soy desobediente,
pecando contra tu verdad, tomando por sentada tu gracia, nunca dejas de amarme.
¡Tu amor por mí es inexorable!

Necesitamos considerar el testimonio del apóstol Pablo. Mientras leemos sobre
la vida de Pablo, vemos a un hombre decidido a destruir la iglesia de Dios.
Pablo era como un desquiciado en su odio hacia los cristianos. Respiraba
amenazas de muerte contra todo aquél que siguiera a Jesús. Pedía la
autorización del sumo sacerdote para perseguir creyentes, sacarlos de sus
casas y arrastrarlos a la prisión.

Después de convertirse, Pablo testificó que aun durante esos años llenos de
odio, mientras él estaba lleno de prejuicios, matando ciegamente a los
discípulos de Cristo, Dios lo amaba. El apóstol escribió: "Mas Dios muestra
su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros" (Romanos 5:8). Dijo, en esencia: "Aunque yo no era consciente de
ello, Dios me estaba buscando. Él insistía en buscarme en amor, hasta aquél
día en el que literalmente me derribó de mi gran caballo. Eso fue el
inexorable amor de Dios".

A través de los años, Pablo estaba cada vez más convencido de que Dios lo
amaría fervientemente hasta el fin, a través de todos sus altibajos. Él
declaró: "Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni
ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de
Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 8:38–39). Estaba
declarando: "Ahora que soy de Dios, nada puede separarme de su amor. Ningún
diablo, ni demonio, ni principado, ni hombre, ni ángel; nada puede impedir que
Dios me ame".

UN ESPEJO

“Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio
la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: veo los
cielos abiertos y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios” (Hechos
7:55-56).

Esteban representa lo que un verdadero Cristiano se supone que sea: uno que es
lleno del Espíritu Santo con los ojos fijos en el Hombre en la gloria. Uno que
refleja esa gloria de tal manera que todos los que la vean se asombren y sean
maravillados. Uno que está con la mirada continuamente fijada en Cristo,
siempre admirándolo, completamente ocupado con el Salvador glorificado.

Mire usted a la situación sin esperanza en la que se encontraba Esteban,
rodeado por la locura religiosa, por la superstición, el prejuicio, y los
celos. La multitud enardecida se abalanzó contra él con ojos desorbitados y
sedientos de sangre, y la muerte se le avecinaba. ¡Qué circunstancias
imposibles! Pero mirando hacia el cielo, él contempló a su Señor en la
gloria, y súbitamente, el rechazo del gentío aquí en la tierra significó
nada para él. Ahora él estaba por encima de todo, mirando a aquel que era
invisible.

Una mirada fugaz de la gloria del Señor, una visión de su preciosa santidad,
y Esteban ya no podía ser herido. Las piedras y los insultos furiosos eran
todos sin efecto por el gozo puesto delante de él. Una mirada fugaz de la
gloria de Cristo lo colocará a usted por encima de todas las circunstancias.
Manteniendo sus ojos en Cristo, conscientemente buscándolo cada hora que esté
despierto, provee paz y serenidad como nada más puede hacerlo.

“Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto y reflejando
como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria
en su misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor” (2 Corintios
3:18). Esteban capturó los rayos que emanaban del Hombre glorificado en el
cielo y los reflejó a una sociedad que rechazaba a Cristo.

Cuán cierto es que nosotros llegamos a ser igual a lo que contemplamos. La
correcta traducción debería leerse, “¡Nosotros todos, con el rostro
descubierto reflejando la gloria, somos cambiados!”

La idea es que el Cristiano refleje, como un espejo, la gloria de lo que él
mira continuamente. Somos nosotros los que somos “un espejo” mirando a
Cristo, el objeto de nuestro afecto y llegando a ser como él en el proceso de
contemplarlo.

Cuando el enemigo viene como un río y las circunstancias preocupantes nos
abaten, necesitamos asombrar y condenar al mundo a nuestro alrededor con
nuestro dulce reposo en Cristo. Ya que podemos ver en nuestra mente espiritual,
esto podemos lograrlo al mantener nuestra mente permaneciendo en Cristo.

La Creación


La Creación, Te Rinde loor
pues todo Señor
fue hecho por Ti.

Nada sin Ti,
Puede subsistir,
Dependemos de ti,
de principio a fin.

Tú eres quien hace,
al mar embravecerse o calmar
Tu eres Señor,
quien llama al viento
y el viento va

Tuyo es el imperio,
o Rey soberano
a Ti se te ha dado
toda potestad

Hermoso admirable
Perfecto inmutable
todo esta sujeto a
tu plena voluntad

Tu eres quien hace
al mar embravecerse o calmar
Tú eres Señor
quien llama al viento
y el viento va

:D Canción escrita por mi mamá !
que demuestra el poderio la majestad y lo hermoso que es nuestro Señor :)

Madame Guyon


En el Siguiente Link encontraran algo de la biografia de una mujer que perdio todo hasta su vida de forma poco digna por predicar a Jesucristo espero les guste http://www.aguasvivas.cl/revistas/23/espigando.htm

debemos ser como Betania para Cristo! Que Él encuentre en nosotros un refugio, un hogar :) Te invito a leer el siguiente libro que será de mucha bendicion :) http://www.ptmin.org/bethany_spanish.pdf

Jesús el Cristo


Los Cristianos no siguen el Cristianismo, los Cristianos siguen a Cristo.
Los Cristianos no predican de si mismos, los Cristianos proclaman a Cristo.
Los Cristianos no apuntan a valores centrales; los Cristianos apuntan a la
gente hacia la cruz.
Los Cristianos no predican acerca de Cristo: Los Cristianos predican Cristo.

Bueno, Algo que hemos dejado de lado ha sido a Jesucristo en esencia A Jesucristo como centro de todas las cosas y hemos desviado el evangelio o " Buenas nuevas " a otras cosas Anexas a Nuestro punto principal JESÚS ! Haz Click en el siguiente link y lee el manifiesto que esta escrito ahi .. es corto no te quitara mas de 20 minutos ;D


Bendicioones :D

http://www.frometernitytohere.org/JM_Spanish.pdf

http://www.addthis.com/bookmark.php?v=20

http://www.addthis.com/bookmark.php?v=20

EL HOMBRE NUEVO

Como seguidores de Cristo, debemos tomar a Dios de acuerdo a su Palabra y
aceptar como verdadero lo que él dice que somos. Esto significa que “nuestro
hombre viejo” representa a un hombre que todavía busca agradar a Dios en la
carne. Tal hombre odia el pecado, no quiere ofender a Dios, pero su conciencia
continuamente lo tiene bajo culpabilidad. Así que él se compromete a vencer
su problema de pecado: “¡Voy a cambiar! Comenzaré hoy día a luchar contra
este pecado que me acosa, no importa lo que cueste. Quiero que Dios vea que me
estoy esforzando mucho”.

Tal hombre trae ante Dios mucho sudor y lágrimas. El ora y ayuna para probarle
a Dios que tiene un corazón bueno. El es capaz de resistir al pecado por unos
días cada vez, así que se dice a sí mismo, “Si puedo hacerlo por dos
días, entonces ¿por qué no por cuatro, o por una semana?” Al final de un
mes él se siente contento con sí mismo, convencido de que se está logrando
su liberación. Pero entonces su pecado sale a flote, y él se hunde en
desesperación profunda. Y él comienza el ciclo nuevamente. Este hombre está
continuamente dando vueltas en una rueda de molino que nunca termina, y no
puede salir de ella.

¡Esto nunca debe de ser así! Ese hombre en la carne fue crucificado junto con
Cristo. Ha sido muerto a los ojos de Dios. Verdaderamente, Pablo nos dice que el
viejo hombre fue pronunciado muerto en la cruz. Jesús llevó a ese viejo hombre
a la tumba junto con él, donde fue dejado muerto y olvidado. De la misma manera
como el padre ignoró al “hombre viejo” en su hijo pródigo, el Señor nos
dice sobre nuestro viejo hombre, “Yo no reconozco ni trato con tal hombre.
Sólo hay un hombre que yo reconozco ahora, el único con quien trataré. Y ese
es mi Hijo Jesús, y todos los que estén en él por fe.”

El nuevo hombre es aquél que ha perdido toda esperanza de agradar a Dios con
esfuerzos de la carne. El ha muerto a las maneras viejas de la carne. Y por fe
él ha llegado a conocer que sólo hay una manera de agradar a Dios, una manera
de deleitar a Dios: Cristo debe de serlo todo. El conoce que sólo hay Uno al
quien el Padre reconoce: A Cristo y todos los que están en él.

Este hombre nuevo vive sólo por fe: “El justo por la fe vivirá”. El cree
en la Palabra de Dios tan completamente que él no se apoya en nada más. El ha
encontrado que Cristo es la fuente de todo, y que lo suple todo. Y él cree lo
que Dios dice de él: “Tu viejo hombre está muerto, y tu vida está
escondida con Cristo en Dios”. Tal vez él no lo sienta, o no lo comprenda
totalmente, pero él no alegará con la Palabra de su amado Padre. El la acepta
por fe, creyendo que Dios es fiel a su Palabra.
Jesucristo es el Señor :)
Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. - 1 Corintios 1:18

C.S. Lewis: Un hombre de letras... ¡Y de fe!

Lógico, sensible, solitario, individualista, desobediente y pesimista, C. S. Lewis fue un hombre que supo combinar un pensamiento riguroso, analítico y lógico con un estilo literario vigoroso y creativo.

Clive Staples Lewis fue bautizado el 29 de Junio de 1899 en la iglesia de San Marcos Dundela de Belfast, Irlanda.

Su padre, Albert era notario y provenía de una familia de granjeros de Gales que habían inmigrado a Irlanda. Había empezado como obrero y terminó como socio de una importante firma de ingeniería y armadores de buques. De talante sentimental, era apasionado y melodramático; tan tierno como lleno de ira,
muy al contrario de su madre, Flerence Augusta Hamilton que hacía gala de una mente crítica e irónica. Ella provenía de una familia de clérigos y abogados y era la hija de un pastor protestante. Esta diferencia tan notable de caracteres en las familias, marcó parte del temperamento y carácter de C. S. Lewis.

Desde su más tierna infancia estuvo rodeado de libros de todas clases, algunos poco recomendables para un niño de su edad. Lejos de ser criado en un puritanismo estricto, Lewis fue enseñado en la rutina de ir a la iglesia y de rezar a su debido tiempo que él, por su parte, aceptó sin un interés especial.

Cuando sólo contaba 9 años de edad, su madre enfermó de cáncer murió. Esta muerte marcó su vida. No sólo le dejó huérfano sino que también le separó de su padre quien, bajo la presión de la enfermedad de su esposa, se había convertido en un hombre hosco con un temperamento imprevisible. A tierna edad Lewis ya había empezado a escribir narraciones fantásticas que ocurrían en un mundo donde los personajes eran animales.

A los 14 años, entró en el Malvern College de Inglaterra, después de haber recibido una educación preliminar en diferentes colegios. En su etapa final de preparación tuvo la importante influencia de su tutor, un profesor ateo y racionalista. Bajo su influencia fue desarrollándose en C. S. Lewis una conversión gradual hacia la increencia. Un extraño pensamiento ateo combinado con creencias ocultistas fue el resultado.

La imaginación, de un tipo o de otro, jugó siempre un papel preponderante en su vida. La lectura de la obra "Sigfrido y el ocaso de los dioses" lo envolvió en la pasión más pura por lo nórdico, llegando a ser un verdadero erudito en la materia. Durante su época de universitario sus sentimientos hacia la naturaleza se ensalzaron al más puro sentido de lo romántico, desplazando su primitiva pasión por la mitología nórdica que imperceptiblemente terminó por convertirse en un interés puramente "científico".

A finales de 1916 se presentó en Oxford para el examen a una beca. Entró en la Residencia en el trimestre del verano de 1917. Corrían los tiempos de la Primera Guerra Mundial y tuvo que alistarse en el ejército. Fue destinado a Francia y allí, convaleciente de una enfermedad, tuvo su primer encuentro con la obra de G. K.
Chesterton. Podría pensarse que debido a su ateísmo, a su carácter pesimista y al rechazo que sentía por todo sentimentalismo, fuera el autor con quien menos congeniase. La realidad, en cambio, fue que lo conquistó inmediatamente. Aceptó y disfrutó de lo que decía en sus obras y sentía el encanto de la bondad
que transmitían.

La lectura de las obras de George McDonald, le abrió la frontera a un nuevo mundo, un mundo de beatitud, en donde Dios estaba más cerca de la realidad de lo que nunca antes había vivido. Leer a Chesterton y a McDonald no es lo más recomendable a uno que se dice ser ateo.

La guerra terminó para él cuando fue herido por un obús inglés. Durante su convalecencia tuvo otra experiencia trascendental en la lectura de Bergson. Fue una experiencia que revolucionó su vida emocional y le abrió las puertas a la comprensión hacia autores apasionados a los que hasta ese momento había rechazado.

En enero de 1919 regresó a Oxford y vivió situaciones y momentos que tuvieron una influencia esencial en su forma de ver la vida. Tuvo la ocasión de poder ver que los valores más difíciles actúan en nuestras vidas y cambian nuestro pensamiento. Y esto debido a distintas circunstancias como fue las conversaciones con un cura católico apóstata, la experiencia de ver a un ser querido que había experimentado con toda clase de experiencias "espirituales" volverse loco y la conversión de sus mejores amigos a la corriente antroposofista de Steniner que invadía el mundo intelectual de la época. Todo esto le llevó a plantearse cuestiones que hasta entonces creía tener resueltas.

El 1922 terminó su carrera y estuvo un año más dedicado al estudio de la literatura inglesa. En la obra de los autores cristianos que por su pensamiento deberían estar distantes de su ateísmo, encontró una plenitud de vida que faltaba en el racionalismo laico.

Durante parte de su existencia Lewis buscó la felicidad a través de la belleza, en la creatividad humana, en la mitología nórdica, en los clásicos Platón, Aristóteles, Lucrecio, Cátulo, Tácito y Herodoto. Encontró belleza en Shelley y en Morris e inteligencia en Yeats. Aprendió francés para poder leer a Maeterlinck. Le
sorprendió el lado salvaje del romanticismo Wilde y le interesaba la obra de Beardley. Toda su vida estuvo leyendo: Kant, Shopenhauer, Morris, Yeats, Tennyson, Goethe, Voltaire. En su búsqueda de la felicidad se topó con George McDonald y con Dante, con Milton , con Chesterton, Spinoza, Bergson y Spenser, autores cuyas obras le llevaron a un reflexión sobre Dios que cambió radicalmente su vida. Pasó de un tiempo agriamente descreído, viviendo una ausencia de todo, a percibir la verdad del Evangelio que anteriormente había considerado otra fábula más. Finalmente se convirtió al cristianismo. Su racionalismo fue vencido por la razón de Dios. Se encontró con la fe que le abrió los ojos. Su inteligencia y su mente lógica, su preparación y su sensibilidad se rindieron a la evidencia de Jesucristo como Señor y Redentor y desde entonces su vida ya no fue la misma. Era un hombre nuevo. De Antítesis plena pasó a ser llamado a predicar la Gloria de Vida eterna que hay en el seguimiento de Jesucristo.

Fue contratado como profesor por la Universidad y en 1925 fue nombrado miembro del Magdalen College. Por esa época ya había abandonado su actitud racionalista y allí conoció a dos nuevos amigos, ambos cristianos, Dysson y J.R.R. Tolkien. La amistad con este último marcó la caída de los viejos prejuicios.

1925 fue elegido Miembro del Magdalen College de Oxford y estuvo 29 años enseñando Literatura y Lengua Inglesa. En 1937 recibió el Premio Gollancz Memorial de literatura en reconocimiento a su estudio de la tradición medieval en “The Allegory of Love”. Fue nombrado Doctor of Divinity por la Universidad de St.
Andrews en 1946 y más tarde en 1948 Miembro de la Royal Society of Literature. Se le concedió el Doctorado en Letras por la Universidad de Laval en Quebec en 1951. Y en 1954 aceptó la cátedra de Literatura Medieval y del Renacimiento de la Universidad de Cambridge. Miembro de la Academia Británica, rehusó la Orden del Imperio Británico. En 1957 recibió la Carnegie Medal en reconocimiento por su obra “The Last Battle.” En 1958 Lewis fue elegido Miembro Honorario de la University College, Oxford y un año más tarde fue nombrado Doctor Honorario de Literatura por la Universidad de Manchester.

En 1956 se casó con la poetisa americana Joey Davidman. Su matrimonio duró sólo 4 años a causa de la enfermedad de ella, que murió en el 1960 cuando tenía 45 años de edad. En ella Lewis no sólo encontró el amor de una mujer, sino también a una amiga y a una interlocutora activa, inteligente y dispar. Sus caracteres tan distintos les llevaban a controversias bizantinas que podían durar días. Fue un tiempo de serenidad y plenitud.

La obra de C.S. Lewis es ingente y diversa. Su fertilidad creativa le llevó a mezclar estilos tan dispares como son narraciones de ficción, ensayos y poesía. En todos ellas, sin embargo, se encuentran ese sello personalísimo de su autor, su frescura, su bondad, su inteligencia y sensibilidad. Pero donde verdaderamente puso todo su empeño fue en la difusión de la fe cristiana. Ahí se destacó como el apologista más importante de este siglo.

El pensamiento de C.S. Lewis se puede identificar con cualquier rama del saber, debido a la importancia que reviste el ser humano en su pensamiento. Temas como, el lugar del hombre en el universo, la unidad sustancial de cuerpo y alma, el amor y el dolor, alcanzar a Dios partiendo de experiencias fundamentales.
A partir de ahí Lewis muestra la verdad de la revelación como la clave de la inteligibilidad del misterio del hombre. Su pensamiento gira alrededor de estas tres realidades: la existencia de un Dios personal, la centralidad de Cristo en la creación y la historia de la salvación del hombre.

Sus obras más célebres son (traducidas al castellano): Los Cuatro amores, Mientras no tengamos rostro, El diablo propone un brindis, Cartas del diablo a su sobrino, El problema del dolor, Mero Cristianismo, Dios en el banquillo, El
gran divorcio, Lo eterno sin disimulo, Las Crónicas de Narnia y la Trilogía de Ransom.

Siempre vigilante a la actualidad, sensible a los problemas del hombre, no perdía ocasión para dar un testimonio de verdad intemporal. Cualquier oportunidad era propicia para hablar, escribir, impugnar, rebatir, contradecir y pelear con argumentos lógicos, como ecuaciones precisas de la geometría divina.

Lewis explicó y defendió la fe cristiana al hombre de hoy y lo hizo poniendo su talento y sus conocimientos al servicio de Dios.

C. S. Lewis murió el 22 de noviembre de 1963, el mismo día que asesinaron al presidente Kennedy. Contaba 65 años de edad.

"... mas si desde allí buscares a Jehová tu Dios, le hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma."

Deuteronomio 4:29

En este mundo sin pertenecer a este mundo

Es raro pero es cierto, quizás muchos con este pensamiento nos traten de marcianos o extraterrestres o etc etc , pero esa es la simple verdad, Los cristianos no estamos aqui por estar sino que estamos por un proposito, la biblia nos dice que somos la sal de la tierra, la luz del mundo, y todo esto porque tenemos a Cristo en nuestro corazón, vivamos pensando esto que estamos aqui para cumplir el proposito de nuestro Dios quien nos creo para que le amemos por la eternidad y tal cual lo hizo su hijo Jesucristo quien se entrego asimismo para darnos salvación, y lo mejor de todo " LA VIDA ETERNA "
Gracias Señor :)

El SECRETO DE LA VIDA CRISTIANA.

Bueno este libro es un libro que en lo personal me llena mucho y revela verdades sobre la vida cristiana, de como debe ser la verdadera vida cristiana . espero les guste ;D
http://www.seedsowersdownloads.com/free_downloads/spanishBooks/SecretChrLifeSpanish.pdf