Eran aproximadamente las 8:00 de la mañana.
Las oraciones en el aposento alto habían llegado a ser tremendamente reales, y muy denodadas. La presencia del Señor era también muy real. De repente se oyó un sonido muy fuerte. Parecía venir del cielo. Era un estruendo potente, ensordecedor, que se hacía más fuerte y más próximo.
Aquel aposento casi se bamboleó bajo la furia de ese soplo. Algo increíble estaba sucediendo. ¿Qué era aquello? ¿Era la vida de que el Señor había hablado? ¿O el Espíritu Santo que El había prometido? ¿El poder que había prometido dar? ¿El reino del cual El había hablado? Una cosa era cierta: algo celestial estaba a punto de dar en la tierra.
Y entonces ocurrió. Allí mismo delante de ellos. El sonido de ese viento que venía del cielo entró en aquel aposento en la tierra. Los inundó aquella maravillosa sensación de la realidad, intimidad y presencia de Jesucristo, esa sensación que só1o habían experimentado cuando se encontraban en su real presencia mientras El estuvo aquí sobre la tierra. Y ahora esa misma gloriosa presencia llenaba el aposento. Aún más, se percibía una tremenda sensación de su divina autoridad.
¡De repente todos lo supieron!¡El Espíritu Santo había venido! El aliento divino estaba allí —asentado sobre cada persona que estaba en el aposento.
El recinto entero estaba lleno, absolutamente lleno, saturado y rebosante del Espíritu Santo. La presencia del Espíritu de El los envolvía y los sumergía a todos.
¡Nunca había habido nada semejante a aquello, nunca jamás! Entonces alguien gritó. Subió un grito de indecible gozo. Luego otro, Y otro más... Eran expresiones de alabanza y de gloria al Señor por lo que El había hecho en medio de ellos. Pero no había forma en que un ser humano pudiera dar expresión adecuada a semejante momento. No obstante, todos tenían que tratar. Contener la alabanza en un momento semejante habría sido tan inconcebible como imposible. En unos momentos el gozo de todos los creyentes reunidos allí se fundió en un grandioso y ascendente crescendo de alabanza.
¿Y qué era aquello? Ese día, en la ciudad de Jerusalén, el gobierno y el Reino que hasta entonces tan sólo el Cielo había conocido —al fin— invadieron la tierra. En ese día el Reino de los Cielos tocó la tierra. ¡Qué acontecimiento tan sobrecogedor! ¡Por fin el Reino de Dios se había ensanchado! Había pasado a la ofensiva. Había ocupado un nuevo territorio. Se había establecido una cabeza de playa para el Reino de los Cielos en este planeta. Podría parecer que era un humilde comienzo, pero estaba destinada a ensancharse.
¿Qué había sucedido?
El acontecimiento más tremendo de la historia humana. ¡Una semilla había llegado a ser una hogaza!
Había nacido la iglesia.!!!!!!



http://seedsowersdownloads.com/free_downloads/spanishBooks/RevolutionSpanish.pdf

Gran Libro que Explica como se formó la iglesia :)

0 comentarios:

Publicar un comentario