Por Amor

 Rom 7:1-12  "¿Acaso ignoráis,  hermanos  (pues hablo con los que conocen la ley),  que la ley se enseñorea del hombre entre tanto que éste vive?
  Porque la mujer casada está sujeta por la ley al marido mientras éste vive;  pero si el marido muere,  ella queda libre de la ley del marido.
  Así que,  si en vida del marido se uniere a otro varón,  será llamada adúltera;  pero si su marido muriere,  es libre de esa ley,  de tal manera que si se uniere a otro marido,  no será adúltera.
  Así también vosotros,  hermanos míos,  habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo,  para que seáis de otro,  del que resucitó de los muertos,  a fin de que llevemos fruto para Dios.
  Porque mientras estábamos en la carne,  las pasiones pecaminosas que eran por la ley obraban en nuestros miembros llevando fruto para muerte.
  Pero ahora estamos libres de la ley,  por haber muerto para aquella en que estábamos sujetos,  de modo que sirvamos bajo el régimen nuevo del Espíritu y no bajo el régimen viejo de la letra.
  ¿Qué diremos,  pues?  ¿La ley es pecado?  En ninguna manera.  Pero yo no conocí el pecado sino por la ley;  porque tampoco conociera la codicia,  si la ley no dijera:  No codiciarás.
  Mas el pecado,  tomando ocasión por el mandamiento,  produjo en mí toda codicia;  porque sin la ley el pecado está muerto.
  Y yo sin la ley vivía en un tiempo;  pero venido el mandamiento,  el pecado revivió y yo morí.
  Y hallé que el mismo mandamiento que era para vida,  a mí me resultó para muerte;
  porque el pecado,  tomando ocasión por el mandamiento,  me engañó,  y por él me mató.
   De manera que la ley a la verdad es santa,  y el mandamiento santo,  justo y bueno."



Muchas veces pensamientos, hábitos, relacionados con nuestro pasado nos oprimen en nuestra vida e intentan forzarnos para conseguir sus demandas y nos damos cuenta que es una amenaza constante en el diario vivir. Pablo se refiere a este proceso en la carta a los Romanos, y en esta carta Pablo declara que todos los seres humanos sin importar su procedencia o nacionalidad son pecadores y por lo tanto no pueden disfrutar de una relación con Dios ( Rom 1:18--3:20). Luego explica cómo Dios trató en su justicia con el pecado, haciendo que la amistad entre el hombre y Dios fuera posible, después da énfasis a nuestra fe a la obra de Dios a través de la cruz es la clave de nuestra justificación y el acceso al poder de Cristo que mora en nosotros para poder decir no al pecado y sí a Dios y bueno continua después con la obra redentora de Dios al permitir que judíos y gentiles se beneficien de su don de gracia mediante la muerte de Jesús en la cruz. ¡aleluya!.

Pablo escribió principalmente esta carta a los creyentes gentiles residentes en Roma  para animarles a depender exclusivamente de la gracia de Dios. Hoy en día nos hemos olvidado en parte de esta bendita realidad. Dios introdujo la ley en nuestros corazones para revelar la verdadera condición del hombre, la verdadera condición de la carne, que demuestra que no somos capaces de vivir bajo la ley, "Pero yo no conocí el pecado sino por la ley;  porque tampoco conociera la codicia,  si la ley no dijera:  No codiciarás.   Mas el pecado,  tomando ocasión por el mandamiento,  produjo en mí toda codicia;  porque sin la ley el pecado está muerto."

 La Ley  refleja el carácter de Dios. porque ella proviene del corazón mismo de Dios, y se nos fue revelada a través de los mandamientos y fue necesaria para darnos cuenta de nuestra realidad. Pero había algo que pasaría y que cambiaría esta verdad.

En lo profundo del corazón latiente del Hijo de Dios había una intensa y consumidora pasión. Tal 
como Dios el Padre, Dios el Hijo deseaba ser para otro la fuente de esa pasión. Él deseaba ser el 
Amante, y no solo el Amado, sin embargo, ese ser no existía. Debido a que Adán fue hecho a la 
imagen de Dios, el cual es Cristo, Adán sintió la intensidad de su Creador su soledad. Adán había 
vivido el mismo drama que Dios el Hijo había vivido antes de los tiempos. Verdaderamente, el 
primer hombre había probado un poco del amor insatisfecho de Dios.

Primero, a través de la muerte, Jesucristo destruyó todo lo que pudiera estorbar en su camino para 
ganar la mano de Su amada esposa.  Para esto, Él destruyó el pecado que la habría separado 
eternamente de Él. Él Destruyó la  Ley la hubiera sofocado bajo una montaña de esclavitud 
religiosa y un altero de aplastante condena. Él destruyó el poder del maligno que buscaría tomar su 
vida. Él destruyó el sistema del mundo, que atraería su corazón lejos de Él. Él destruyó la vieja 
creación, que la corrompería y contaminaría.
Pero más importante de todo, Él destruyó la muerte misma; Él se aseguraría que el objeto de Su 
pasión nunca probaría la muerte. Tu Señor se aseguró de remover todo lo que pudiera dañar a Su 
amada novia, desde antes de que ella viniera a existir. Por esta razón, Él no le permitiría aparecer 
hasta que la muerte hubiera sido vencida. Él ha esperado por generaciones para tener a Su 
compañera, de manera que garantizó que una vez iniciado este romance, nunca terminaría.

Y ahora gracias al Amor de Cristo estamos libres del pecado, Él venció al pecado, por amor, Él destruyó la ley, por amor, Él venció al maligno por amor a su amada!. Dios hace toda su obra en Jesucristo y nos une a Jesucristo. Dios nos saca del antiguo pacto y nos pone en el nuevo pacto hecho por la sangre preciosa de Jesús, estamos introducidos en Él, como Él está introducido en nosotros mediante su espíritu Santo. y ahora somos libres del pecado "porque sin la ley el pecado está muerto.."   Ahora vivimos bajo la gracia de Cristo, y no bajo la ley. SOMOS LIBRES !


¡Gracias Señor! 


                                                               Cristóbal Muñoz V.


¡¡¡MARANATA!!!


Nuestro Señor viene o el Señor viene (Maranata) debería ser la expresión más usada en la iglesia de Jesucristo hoy. Cuando Pablo la usó en 1 Corintios 16:22, él, realmente, estaba esperando, y viviendo como si la esperara, la venida del Señor en su tiempo. La pregunta es: “¿Se está esperando el regreso de nuestro Señor hoy?”
El Espíritu de Dios ha estado ministrando a mi espíritu esta verdad y llevándome a experimentar que “maranata” no es sólo una expresión de anunciar un evento. Esta expresión es una realidad de vida donde hay expectativa, emoción, anticipación y estímulo en nuestro espíritu por saber profundamente que muy pronto veremos a nuestro Señor cara a cara.
Cuando se evalúa el estilo de vida de hoy, sin ánimo de criticar, se puede concluir que en lo menos que se piensa es que nuestro Señor viene. Se vive tan sumergido en la situación política de nuestro país, en la situación económica, en los problemas sociales, en los programas de iglesias, en la criminalidad, en los trabajos, en los estudios, en los compromisos personales, en los ministerios, en el disfrute de las cosas materiales, en tantas y tantas cosas de este mundo, que se hace difícil ver la realidad de que nuestro Señor viene.
Es muy fácil despachar esta situación diciendo que “la Biblia dice que en los últimos días esto iba a pasar”. Yo creo con todo mi corazón que aquél o aquélla que conoce al Señor personalmente, no estoy hablando de aceptar a Jesús, va a ir enamorándose cada día más de Él, no importando las situaciones mundiales que se estén viviendo.
Repito, “maranata” no es sólo un anuncio, es la anticipación de una experiencia como nunca otra donde nuestros cuerpos serán transformados para vestirse de incorruptibilidad en un abrir y cerrar de ojos, seremos levantados para recibir a nuestro Rey de Reyes en el aire y vivir con Él para siempre sin limitaciones. ¡Aleluya! ¡Qué expectativa! (1 Corintios 15:51-52; 1 Tesalonicenses 4:15-17)
“Maranata” es una declaración de victoria y ánimo porque establece que el reinado de justicia y paz está a punto de manifestarse sin obstáculos de ninguna índole. En este mundo se vive en injusticia y desesperanza, pero para nosotros, los que estamos en Cristo, hay una realidad más alta que lo que se ve. Ésta produce un ánimo y una fuerza que sobrepasa cualquier circunstancia de este mundo.
Esto debe estimularnos a enfocar nuestra mirada en Jesús, nuestro Señor. Dejar de mirar las situaciones que nos rodean y enfocarnos en la realidad de nuestro espíritu, que es mayor que si el precio de la gasolina sube o no sube. Entiendan, yo no estoy diciendo que nos desconectemos de nuestro entorno, estoy diciendo que hay una realidad mayor que las cosas que vemos con nuestros ojos físicos. Esta realidad mayor, Cristo en nuestro espíritu, nos lleva a decir, “¡Maranata!”.



Escrito por Javier.

La Vida Corporativa de Dios ( Parte II )

La vida divina es Relación

El elemento esencial en esta vida es la relación. El origen y fundación de todas las relaciones es el Dios Triuno. La relación de la Divinidad es La relación. En otras palabras, no existe otra relación. Encontramos la relación entre el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todas las demás “relaciones” son solo un reflejo de esa única relación.

Todas las relaciones naturales son solo una fotografía de la única relación divina que existe en la comunión eterna de la divinidad. Hay solamente una relación en esta tierra que no es una imagen o reflejo de la relación divina sino una expresión de la comunión de la divinidad. Esta es la relación de los miembros del Cuerpo de Cristo. Esto es porque el Cuerpo de Cristo está constituido con el específico propósito de expresar la vida corporativa de Dios.

Dios desea expresar Su propia vida. Su deseo es verter Su vida eterna en un vaso para que esa vida pueda ser expresada en una manera visible y tangible. Es importante que recordemos que esta vida es Dios mismo. Cuando Él entrega su vida, Él está entregando Su propio ser! Esta vida contiene la esencia de todo lo que Él es. No significa que esta vida es una fuerza o energía de alguna clase que está separada de Él. La vida es Él! Y esta vida es corporativa porque Él es corporativo.

La esencia de la vida es la relación. En otras palabras, la vida divina, la vida de Dios, es corporativa en naturaleza. Cada uno de los miembros de la divinidad es dependiente uno de otro. La vida no fluye en esta comunidad a menos que los miembros cooperen unos con otros. No hay vida sin la cooperación mutua de las Personas. Sin el Padre no puede haber Hijo, sin el Hijo no puede haber Padre, sin el Espíritu no puede haber Padre e Hijo. Ellos son totalmente dependientes uno de otro. La relación constituye el fluir de la vida. Si no hay relación entonces ahí no hay flujo de vida.


Una descripción de la vida corporativa de Dios

El apóstol Juan nos dice que Dios es amor (1 Juan 4:16). Es muy significativa esta declaración; mucho más de lo que normalmente creemos. Juan no está diciendo que Dios ama o tiene amor. Él dice que Dios es amor. La mismísima naturaleza de Dios es amor. En otras palabras, amor es la esencia de quien Dios es.

Ahora que sabemos que Dios ama, pero Él ama porque eso es lo que Él es. Amor es Su vida, amor es Su ser, amor es Su misma existencia! Así que esta palabra nuestra “amor” es una buena manera para describir la vida corporativa de Dios.

El amor demanda una relación. El amor debe tener un objeto, Uno separado, un individuo independiente no puede amar. Ese individuo debe tener un objeto para su amor. Debe haber otro para amar. Ahora nos estamos introduciendo al corazón de la naturaleza de Dios. Él es amor, Él es relación. El Padre ama al Hijo porque Él entrega Su vida (Su propio ser) a Su Hijo. El Hijo entrega su vida al Padre, el Espíritu incluso entrega Su vida al Padre y al Hijo. Juan capítulos 14 al 17 describe esta relación de amor dentro de la divinidad.

Si Dios solamente contuviera una Persona dentro de sí mismo, entonces no habría amor porque tiene que existir una interacción tomando lugar entre un mínimo de dos personas. Así que ahora podemos ver que el amor es la descripción de la vida fluyendo dentro del Dios Triuno. El amor por si mismo puede solamente ser definido como el intercambio de vida que ocurre dentro de la divinidad. Ellos son uno porque ellos comparten la misma vida, la vida que es continuamente entregada unos a otros.


La coinherencia de la divinidad

El padre, Hijo y Espíritu no están solamente unidos juntos; ellos son uno (Juan 17). Esto significa que el Padre está en el Hijo, el Hijo en el Padre, y el Espíritu está en el Padre e Hijo. Ellos están en cada uno mutuamente. Esto es llamado coinherencia (Juan 14:11; 17:21). Obviamente, ellos no son independientes o individuos aislados funcionando separadamente uno de otro.

Cuando Cristo vino a la tierra, Él trajo al Padre y al Espíritu con Él. Más tarde, cuando el Espíritu vino a la tierra, Él trajo al Hijo y al Padre con Él. Ambos el padre y el Hijo enviaron al Espíritu a nosotros (ver Juan 14:26; 15:26). El Padre envió al Espíritu en el nombre del Hijo, y el Hijo envió al Espíritu desde (con) el Padre. Este es el maravilloso misterio de la Divina Trinidad. Ellos siempre trabajan juntos porque ellos son uno. Ninguna Persona considera Su vida como propia. Ellos están cada uno continuamente entregando sus vidas unos a otros.

¿Porque es que es hemos atravesado por tantos tiempos difíciles para entender este misterio de la Divinidad? La respuesta es simple, nuestras mentes caídas simplemente no pueden pensar en términos corporativos. Esa es la naturaleza de la caída. Nosotros solamente pensamos en términos de individuos aislados. Solamente podemos pensar individualistamente. Es por esto que hemos intentado entender a Dios como un individuo, pero, como hemos visto en este capítulo, Él no es un individuo. Por lo tanto, Él no sigue la misma línea de pensamiento que seguimos nosotros.

Debería ser obvio para usted ahora, necesitamos desesperadamente tener nuestras mentes renovadas. Esto debe comenzar con nosotros viendo el eterno propósito de Dios para el hombre. Entonces, por la gracia de Dios, avanzaremos para ver como Dios está cumpliendo este plan!



Por Milt Rodriguez www.odresnuevos.org/articulo.php?IdArticulo=2

La Vida Corporativa de Dios ( PARTE I )

Desesperadamente necesitamos un nuevo punto de vista, necesitamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios, pero para llegar a esto, necesitamos tener nuestras mentes renovadas. La vieja manera de pensar nunca podrá hacerlo. Necesitamos pensar con nuevas mentes y ver con nuevos ojos. Solo con esas herramientas seremos capaces de entender lo que ha estado en el corazón de Dios desde antes de la eternidad. Solo de esta manera seremos capaces de entender el propósito de Dios.

Lo primero que veremos le causará gran asombro. Le sorprenderá porque probablemente nunca antes se había atrevido a pensar de esta manera. En su mente usted ha hecho a Dios a su imagen, y por lo tanto, siempre lo relacionará de la misma forma, sin embargo, la primer cosa que usted debe ver es que:


¡ Dios no es un individuo !

Él nunca ha sido, y él nunca lo será. Sin embargo, pensamos en Él como si lo fuera, ¿no es así?
Nosotros somos Cristianos “individuales” tratando de relacionarnos con un Dios “individual”. Esto es como tratar de insertar una pieza cuadrada en un orificio circular. Simplemente no embona! Dios no es como nosotros. Necesitamos ver primero quien es Dios.

Lo diré nuevamente: Dios no es un individuo. Él es una comunidad de tres personas; el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Él no piensa como un individuo y Él no actúa como un individuo. Él es una comunidad de tres personalidades distintas que son una. Él es TRI-UNO (tres-uno), o tres-en-uno. Hay un solo Dios, pero Él está constituido por 3 distintas personas. Estas personas son diferentes pero no son individuos separados. Cada uno tiene una personalidad única, pero no viven o funcionan como entidades separadas. Cada una de estas personas es Dios, pero siguen siendo un solo Dios, no tres. El Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu es Dios, pero sigue siendo un solo Dios! ¿Cómo puede ser esto posible?, ¿Por qué es tan difícil para nosotros entender esto? Simplemente porque pensamos con una mente “individual” y algo que no encaja en este paradigma simplemente no lo podemos procesar.

Pero Dios nunca ha sido un individuo aislado como tú y yo; por lo que sus pensamientos son totalmente diferentes a nuestros pensamientos (Isaías 55:8-9). Dado que no es un individuo, Él no piensa como un individuo. Él piensa en términos de comunidad.


El punto de vista en Comunidad
Dios piensa y actúa como una comunidad, no como un individuo separado. Dios es comunidad, de tal manera que piensa corporativamente. Esta diferencia en punto de vista ha sido un gran problema desde la caída del hombre. Nosotros creemos que Dios piensa como nosotros pensamos y por lo tanto podemos entenderlo ¡porque Él es justo como nosotros! Mas no es así. Él no es como nosotros y la única forma en la que podremos entenderlo o entender lo que dice es cambiando nuestro punto de vista. Necesitamos ver las cosas desde la perspectiva de Dios y esta perspectiva es corporativa, no individual.

“La divina trinidad no es simplemente una declaración acerca de cómo experimentamos a Dios. Tampoco es meramente la forma en la que Dios se nos presenta. Por el contrario, el único Dios es eternamente tres personas. Dios actualmente es el Padre, Hijo y Espíritu. Así como Dios se caracteriza por la unidad, de la misma forma trinidad también pertenece a la forma que Dios actualmente es.”

Stanley J. Grenz
“Created for Community”
Baker Book House 1998, p.45



Un buen ejemplo de este punto de vista en comunión puede verse en la vida terrenal del Señor Jesús. Él nunca trabajo solo. Él habló las palabras del Padre. Él hizo el trabajo del Padre. Él echó fuera demonios por el Espíritu (Mateo 12:28). Jesus vivió por la vida del Dios Triuno. Él hubiera podido vivir una vida independiente y trabajar solo, pero esa no fue su elección. Como persona, Él tiene una voluntad y el poder de elegir, y Él eligió, como hombre, el vivir y trabajar en la vida corporativa de Dios. Él tuvo una “conciencia corporativa” y era consciente de donde había venido. Fue parte de una comunidad y no pensó en actuar independiente de esa comunidad solo porque estaba aquí en la tierra. De hecho, el Padre lo envió a continuar esa comunión aquí en la tierra, ese estilo de vida corporativo, para que sus discípulos comenzaran a “ver” con nuevos ojos. Él quería que comenzaran a ver desde la perspectiva de Dios.
Una de las más grandes necesidades entre los creyentes hoy es el ser capaces de “ver” desde esta perspectiva corporativa.
Con el riesgo de sonar redundante lo diré una vez más: Dios no es un individuo!

Nuestro Dios es corporativo. Él es Tres-en-Uno. Él piensa en términos corporativos y Él habla en términos corporativos. Él vive un “estilo de vida” de comunión. Él vive como tres distintas Personas quienes tienen sus propias y únicas personalidades y todavía son uno. Ellos viven juntos, ellos actúan juntos, ellos se relacionan entre sí continuamente. Ellos comparten la misma vida, substancia y esencia.

“La unicidad de Dios no es la unicidad de individuos distintos contenidos en sí mismo; es la unicidad de una comunión de personas que se aman mutuamente y viven juntas en armonía… Ellos son lo que son solamente en su relación unos con otros… No hay una persona solitaria separada de los demás; no por encima o debajo; no primero, segundo, tercero en importancia; no gobernando y controlando ni siendo gobernado y controlado; sin posición de privilegio a ser mantenido sobre o en contra de los otros; sin preguntas o conflictos concernientes a quien esta a cargo; sin necesidad de establecer independencia y autoridad de uno a expensas de los otros. Ahora hay solamente una comunidad y comunión entre iguales que comparten todo lo que ellos son y en su comunión con los demás, cada uno vive con y para los demás en una entrega mutua, dando su amor, y respaldo; cada uno libre no de sino para los otros. Asi es como el Padre, Hijo, y Espíritu Santo están relacionados en el círculo íntimo de la divinidad.”

Kevin Giles
“La Trinidad y Subordinacionismo”
Downers Grove: Inter Varsity Press, 2002 p.103




La vida Divina es Corporativa

Las escrituras hablan bastante acerca de la vida divina o vida eterna. Necesitamos entender que no es solamente la cantidad de vida que es representada, sino es la calidad de la vida lo más importante. La vida eterna, es pues, la mismísima esencia del Dios Triuno. Esta es una vida corporativa, una vida de unicidad, una vida de cooperación y trabajo en equipo, una vida de profunda comunión y unidad, una vida de completa dedicación mutua y de continuamente dar la vida unos a otros. Esta es la vida intima de Dios!







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Cartas a las iglesias.




Gálatas 
La palabra  "en" era predominante en el vocabulario de los
cristianos gentiles. (En significa unión o unidad con Cristo.) 
Cristo está en (dentro de) el creyente. (1:16)
La unidad de Cristo en todas las cosas. (1:16)
Los creyentes no pueden obedecer satisfactoriamente las reglas, mandamientos u ordenanzas,  ni tampoco puede  nadie más. (2:14, 19) El cristiano está  muerto, y Jesucristo vive en su lugar. El creyente vive por  medio de  otra forma de vida, una vida superior... Cristo es esa  vida superior... el creyente 
vive por medio de El. (2:20) El cristiano comienza la vida cristiana al recibir el Espíritu 
que viene a morar en él, vive por medio de ese Espíritu, y todo su  andar cristiano tiene lugar por medio de ese Espíritu y por nada más... ciertamente no por reglas, reglamentos ni mandamientos. (3:2, 3)
El hombre que ha pasado a ser verdaderamente justo, ha llegado a ser justo por la fe. ¡Es este hombre el que tiene vida! (3:11) El vivir  mediante reglas, reglamentos, rituales, tradiciones, leyes y mandamientos nunca nos dará la vida de Dios, cuya vida es la única que puede vivir la vida cristiana. (3:21) Existe una familia que tiene la vida más elevada en la tabla biológica. Toda esta familia tiene la vida de Dios en sí. Los miembros de esta familia viven por medio de la misma vida por  la cual Dios vive. Nosotros pertenecemos a esta familia. (3:26; 4:5) Estamos en (dentro de) Cristo. (No podemos entrar en El más adentro que esto.) (3:27) El mismísimo Espíritu de Jesucristo está en el espíritu del creyente. (4:6) Dios nos conoce por experiencia, y nosotros lo conocemos a El por experiencia. (4:9) ¡Cristo vive en ustedes y está creciendo! (4:19) Ustedes, gentiles que viven livianamente, ¿se les puede decir con osadía que están absolutamente libres de toda regla y ley? (4:31; 5:1, 13) Ustedes son guiados por su ser interior, espiritual. Ustedes pueden andar literalmente dentro de su propio espíritu. (5:16, 18) Su propio espíritu de ustedes produce fruto, sin esfuerzo. El fruto que les cuesta lucha producir, no es fruto; es obra... obra producida por la carne. (5:22) ¡Labren su espíritu hoy, y hoy brotará vida eterna! (6:8) Ustedes son una especie biológicamente nueva. Tienen partes en ustedes que los inconversos no tienen. Biológicamente son diferentes de ellos. Ya no son las obras de la ley ni las 
ordenanzas las que son importantes para Dios o para ustedes. ¡Esto es biología! Dios está presente en su 
espíritu. Las obras están en la carne. (5:24; 6:18) 
Y ahora vayamos al mundo griego, donde los creyentes eran muy parecidos a los creyentes gálatas en lo que concernía al dinero,la educación y las condiciones de vida.  

Tesalonicenses 
¡La palabra "en" sigue estando aquí! 
Sólo el Señor hace que ustedes amen. (1 Tesalonicenses 3:12)
Dios puso su propio Espíritu Santo en (dentro de) ustedes. 
(4:8)
Dios les enseña cómo amar a otros en la ecclesía local. (4:9)
Biológicamente, fue la Luz la que los engendró y el Día quien 
es su Padre. (5:5) Somos de la Luz y del Día. (5:8)
Como ecclesía, vivimos con el Señor. (5:10)
El los llamó a ustedes. El es quien lo hace. (5:24)
El que está en nosotros, un día se manifestará desde dentro de 
nosotros... en gloria... (2 Tes. 1:10)
Habrá una aparición visible, física de Aquel que ya está 
presente en nosotros. (2 Tes. 2:8) Es el Señor mismo el 
que torna nuestro corazón a amar a Dios, y a la propia 
firmeza de El (de Cristo). 

Corintios 
No es por el sentido de la vista, ni por el sentido de los
oídos, ni por la capacidad de la mente que el creyente
conoce.  Dios se nos revela a través de su Espíritu  a
nuestro espíritu. (1 Corintios 2:10)
Tan sólo nuestro espíritu, allí adentro en lo recóndito de 
nosotros, conoce realmente  todo lo que Dios nos ha dado. 
(2:12; 6:19)
El Espíritu de Dios mismo mora en ustedes. (3:16)
Se puede sembrar cosas espirituales dentro de un creyente. 
(9:11)
Existe realmente un alimento espiritual, y el creyente puede
participar de ese alimento, y ese alimento es Cristo.
(10:1-4)
La iglesia es el  cuerpo visible de  un Señor  invisible pero
siempre presente. (Capítulo 12)
Jesucristo nos da su Espíritu, y su Espíritu nos da su vida, 
Esa vida tiene su origen en el otro ámbito. (15:47)
Somos seres celestiales, porque hemos nacido en los lugares
celestiales. La parte más importante de nosotros, que es
nuestro espíritu, nació en el otro ámbito y permanece en el
otro ámbito. (15:44-49)
Su Espíritu está en nuestros corazones. (2 Corintios 1:22)
El Espíritu de Dios escribe en nuestros corazones. (3:3)
El Espíritu nos da la propia vida de Dios. (3:6)
¡El creyente puede ver lo invisible! (4:18)
Ustedes están en Cristo y son una especie biológicamente única.
(5:17)
El poder de Cristo mismo mora en el creyente. (12:9) 
Jesucristo está en ustedes. (13:5) 
¡Y ahora vayamos a esos Italianos de sangre caliente de Roma! 

Romanos 
La verdadera circuncisión es adentro. (2:29)
¡Las cosas que no existen... existen! (4:17)
Ustedes son salvos dentro de la vida de El. (5:10)
Ustedes están en Cristo y, por tanto, vivos para Dios. (6:11)
El Espíritu de Vida (la Vida suprema) está en ustedes. (8:2)
El Espíritu de Dios mora en ustedes. (8:9)
El Espíritu de Cristo mora en ustedes. (8:9)
Cristo mismo está en ustedes. (8:10)
El Padre mora en ustedes. (8:11)
Ustedes son guiados por el Señor, desde adentro, mediante el
Espíritu que mora en ustedes. (8:14)
Dios tiene comunión con ustedes dentro del espíritu de ustedes.
(8:15-16)
Ustedes son débiles, pero el Espíritu que mora en ustedes no
es débil. (8:26)
El amor de Dios está en Cristo, y ustedes están en Cristo
también. Tanto ustedes como el amor de Dios están en 
Cristo. (8:39)
Dios es poderoso para hacerlos estar firmes. (14:4)
¿Y qué diremos de los creyentes de esa región que a veces se
llama Asia Menor? 

Efesios 
Ahora mismo en nuestro espíritu estamos sentados con Cristo en
el otro ámbito. (2:6)
Ustedes tuvieron su origen dentro de Jesucristo. (2:10)
Por medio del Espíritu, ustedes pueden ir directamente al
Padre. (2:18)
Por medio del Padre, ustedes tienen acceso a las riquezas
espirituales en el otro ámbito. (1:3)
El Padre está en ustedes. (4:6)
Como gentiles redimidos, ustedes tienen la vida de Dios. (4:17-
20) 
Ustedes han escuchado a Cristo hablando en ustedes, y El les ha 
enseñado. (4:20, 21)
¡Jesucristo hace que la ecclesía viva la vida cristiana! (5:23-
32) ¡Aleluya!
La fuerza de El es la fuerza de ustedes. (6:10)
¡Ustedes no se visten de la armadura de Dios; la iglesia es la 
que lo hace! (6:11, 12)
Entremos  allí donde el Señor mora, en nuestro espíritu, para
orar. (6:18) 

Colosenses 
Ustedes están llenos de toda sabiduría espiritual. (1:9)
El misterio: Cristo en ustedes. (1:27)
El que está en ustedes tiene todos los tesoros en sí mismo, y
la plenitud del Padre habita en El. (1:19; 2:2, 3)
59La Deidad, en toda su plenitud, habita en  Cristo Jesús —
visiblemente— en forma corporal.  (2:9) Y ustedes están
llenos de El porque están en El. (2:10)
Es el Señor que habla el que mora en ustedes. (3:16)
Y una última carta a los ex paganos de entre los griegos. 


Filipenses 
Hay una enorme provisión en el Espíritu de Jesucristo. (1:19)
Llegar a conocer a Jesucristo en una forma personal e íntima es 
el más insuperable de todos los valores. (3:8)
Debido a que procedemos del otro ámbito, nuestra ciudadanía 
también está en ese ámbito. (3:20) Toda nuestra provisión 
para todas nuestras necesidades está en el Señor que mora 
en nosotros. (4:19) 

En estas epístolas hallamos una percepción del todo diferente respecto a nuestra relación con  Cristo. Lo que vemos aquí es un grupo de ex paganos que tienen una relación profunda e íntima con el Señor Jesucristo. En estas cartas  esa relación se da por sentada. Y esa  relación se experimenta entre esos creyentes  a 
diario. 
Uno de los detalles más notables respecto de estas cartas es cómo empiezan todas ellas. Comienzan estableciendo la relación que hay entre el Padre y el Hijo. ¡Todas  ellas! (Gálatas 1:13; 1 Tesalonicenses 1:3; 2 Tesalonicenses 1:1, 2; 1 Corintios 1:2-4; 2 Corintios 1:2, 3; Romanos 1:7; Efesios 1:2, 3 y ss.; Colosenses
1:2, 3; Filipenses 1:2.) Mucho de todo lo que sigue después es una invitación a la ecclesía  (creyentes sencillos, corrientes) a que se unan a esa relación y participen de la misma. 

Una fuente común, un común denominador entre  todos los involucrados con el andar cristiano. Nuestro Padre. =) 

La Paz del Señor .





abstracto de el libro "el Secreto de la Vida Cristiana" por Gene Edwards. 

La vida humana se despliega en dos ámbitos muy diferentes. Uno es el ámbito privado, y el otro, el público, social. Esta doble dimensión de nuestra vida suele tener algunos puntos de encuentro, y, seguramente, muchos de desencuentro. Es decir, no somos en privado lo mismo que en público.
El Señor Jesús decía de los fariseos: "Todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen y no hacen" (Mat. 23:3). El "decir" aquí es primordialmente público, y el "hacer" es privado. Lo que ellos predicaban como bueno, en público, no lo aplicaban a su conducta en lo íntimo. Hacían en público sólo lo que era socialmente aceptado; pero en lo privado eran como sepulcros que albergan "huesos de muertos y toda inmundicia".
Hacer que coincida lo íntimo y lo público, es un asunto muy difícil – imposible para el hombre natural. El rey David lo comprobó cuando pecó contra Dios en lo referente a Betsabé y Urías. Él comprobó que en lo íntimo albergaba tendencias pecaminosas que eran extraordinariamente peligrosas. Probablemente nunca pensó hasta dónde esas tendencias lo podían llevar, cuál era el extremo de su pecaminosidad. Debió caer en un vergonzoso adulterio, y en un homicidio atroz, para darse cuenta de su espantosa realidad, es decir, del doble estándar de su personalidad, y de cuán interesado está Dios en ambos aspectos.
Por otro lado, para un siervo de Dios, el conocimiento de la santidad de Dios, no puede ser el mero conocimiento doctrinal de uno de los atributos de Dios, sino la experiencia diaria de andar en santidad, pues esa santidad le ha sido comunicada por el Espíritu Santo que ha sido derramado en él.
"Sed santos, porque yo soy santo", nos recuerda y amonesta el apóstol (1ª Ped. 1:16). Pero, ¿cuán santo es Dios? La medida de su santidad es desconocida para nosotros, por cuanto nacimos en pecado, y en pecado nos concibió nuestra madre. En nuestro caminar con Dios vamos aprendiendo cuán santo es Dios. Habrá momentos en que quedaremos abismados por esa santidad, será como cuando nuestros ojos ven una luz que nos ciega y que nos impide, por algún tiempo, caminar. El conocimiento de la santidad de Dios nos hace ver cuán pecadores somos.
Dios trabajará en nosotros hasta que vivamos la santidad en todas las áreas de nuestra vida, pues él ama la verdad en lo íntimo. Tal vez vendrán muchos golpes antes de alcanzar esta medida; habrá muchas cosechas de muerte, muchas lágrimas amargas por pecados cometidos. Pero, finalmente, él logrará su propósito. Porque el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. 


Cristianismo o Consumismo ?


Hemos sido tan "consumidos" por la necesidad humana. ¿Podrá ser que hayamos completamente olvidado la razón principal para la cual la iglesia de Jesucristo existe?


"Pero lejos esté de mí gloriarme, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo me es crucificado a mí, y yo al mundo."
Gálatas 6:14 


En Galacia, Pablo tuvo que lidiar con el problema de un evangelio diferente. Cuando los judaizantes llegaron a las iglesias, después de que él y Bernabé se habían ido, introdujeron el evangelio del legalismo. A pesar de que en ese lugar su evangelio era solamente Cristo (Gálatas 1:11-12, 15, 16), los creyentes judíos radicalmente religiosos agregaron algo al evangelio, intentaron agregar algo a Cristo.

Esto sucedió porque algunos de los Gálatas nunca recibieron verdaderamente la revelación de la cruz. No comprendieron que ellos habían sido crucificados también en ese madero (Romanos 6:8; Colosenses 3:3) y pensaron que todavía debían conservar sus propias vidas! Pero si un hombre muerto no intenta obedecer la Ley de Moisés, ¿para que ser circuncidado? Ha muerto para sí mismo y solo vive para Dios (Romanos 6:11).


Para Pablo, vivir era Cristo (Filipenses 2:21), no había nada más. Nada podía ser añadido porque nada mas existía. Pablo lo consiguió. Cristo fue su todo, vivió para expresar a Cristo, predicar a Cristo, y cumplir su eterno propósito en Cristo. Sin embargo, nos encontramos a nosotros mismos hoy en una situación diferente.


Nuestro moderno dilema 


Es muy claro en las Escrituras que Dios tiene un propósito eterno (Efesios 1 y 3). Este propósito es algo que Dios ha deseado desde antes de la creación, de ahí el termino eterno. Este propósito está centrado en su amado Hijo:


"Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra."Efesios 1:9-10

Si continuas leyendo la carta a los efesios, este propósito eterno y deseo de Dios debe quedarte claro. Dios desea aumentar o expandir la esfera de Su Hijo teniendo un cuerpo para su expresión, una familia para su comunión y una novia para compartir su amor. 



Pero aquí es donde radica nuestro problema. No hemos visto ni entendido esta eterna pasión dentro del corazón de nuestro Dios porque hemos sido cegados por otro evangelio. Este evangelio nos ha sido predominantemente predicado por nuestra cultura occidental y sin darnos cuenta hemos mordido el anzuelo. Le da color a todo lo que hacemos y hace lucir mejor nuestros espectáculos para solamente ver lo que nosotros queremos. Este evangelio nos ha introducido en su propio molde, y ahora todo lo que hacemos está influenciado por éste.

No somos libres para vivir por Cristo, para Cristo y en Cristo, ni somos libres para vivir para el eterno propósito y pasión de Dios. Los tentáculos de este monstruoso modo de pensar tienen atrapados cada pensamiento y cada acción. Es como una manta mojada que está sofocándonos y evitándonos el experimentar y manifestar la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.



Me estoy refiriendo al "evangelio", pensamiento, y cultura del consumismo occidental.


Somos una sociedad consumista y eso impregna cada área de nuestras vidas. La necesidad humana es Dios, y todo lo que gira alrededor de nosotros son nuestras necesidades y el cumplimiento de nuestros deseos. El clamor es: "Hey! Tengo necesidades que tú conoces, y deben satisfacerse sin importar el costo!".




Necesidades por docenas

Esto llega a ser lo más mencionado cuando vemos la cristiandad organizada. Nuestras "iglesias" están construidas para saciar la necesidad humana. Cuando los cristianos van de "compras cristianas" ¿Que es lo que buscan? Un buen predicador de manera que pueda ser alimentado con la palabra, un buen programa de jóvenes para que sus hijos puedan ser enseñados, un buen grupo de alabanza que haga sentir bien durante el servicio el domingo en la mañana y un buen programa de discipulado para crecer en su caminar con Dios.



Todas estas cosas que perseguimos no son sino características y beneficios. Estas son cosas que nosotros sentimos que necesitamos. Tenemos peticiones, tenemos necesidades, y la iglesia está aquí para saciar todas ellas.

Pero entonces, están las necesidades del mundo: ¿Qué de los perdidos? Ellos tienen una necesidad para salvación, ¿Qué acerca de los pobres? Ellos tienen necesidad de comida, ¿Qué acerca de aquellos que están en prisión, o de los enfermos, abusados, explotados, rechazados, abandonados, etc.? ¿No está la iglesia para hacerse cargo de todos ellos?


Hemos perdido por completo el enfoque 

Hemos sido tan "consumidos" por la necesidad humana. ¿Podrá ser que hemos completamente olvidado la razón principal para la cual la iglesia de Jesucristo existe?


Nuestro Dios tiene una necesidad!

Sé que todos ustedes, teólogos, han reaccionado a esta declaración, sin embargo, yo entiendo que Dios es todo suficiente en su propia naturaleza, pero en un sentido, él tiene una necesidad en relación a su propósito eterno. El tiene un deseo urgente y pasión para completar algo, y él necesita que ciertas cosas tomen su lugar para completar su objetivo.



Mi punto es que hemos sido tan consumidos por la necesidad humana que hemos olvidado que la iglesia existe con un solo y único propósito, y es el satisfacer el anhelo del corazón de Dios, y ese anhelo es que su amado Hijo llegue a ser en suma, el centro, la cabeza, el cumplimiento, la expresión, y la fuente de todas las cosas (Efesios 1); de manera que lo llene todo (Efesios 4:10); entonces este glorioso Cristo tendrá una expresión que lo manifieste en toda su plenitud (Efesios 1:22-23); y es ésta expresión la que avergonzará a todos sus enemigos (Efesios 3:8-12). Como puedes ver, este es un llamamiento mucho más elevado que la simple necesidad humana!


¿Qué acerca de aquellos que han dejado el cristianismo institucional? Que acerca de aquellos involucrados en los movimientos de la iglesia sencilla (también llamada orgánica, misionera, iglesia en casa o emergente)? Si somos verdaderamente honestos con nosotros mismos, admitiremos que mucho de lo que está ocurriendo entre estos movimientos esta manejado por el exacto mismo motor que mueve la iglesia institucionalizada: la necesidad humana!


Como yo lo veo, muchas de nuestras Iglesias en casa procuran el satisfacer las necesidades de los que asisten a la reunión y/o buscan cumplir con la necesidad de aquellos en el mundo, sin embargo, considero esto una premisa equivocada. Cualquier grupo de personas que se hacen llamar a sí mismos "la iglesia" existen con una única razón: cumplir con el eterno propósito de Dios en Cristo. Cualquier otra cosa estará fuera de ese fundamento.

Si el propósito eterno de Dios en Cristo es la visión y fundamento de la iglesia, entonces la vida de Cristo fluirá a través de ese grupo, para cubrir ambas necesidades, las de los creyentes así como las del mundo alrededor de ellos.



"Si fueren destruidos los fundamentos, ¿Qué ha de hacer el justo?"
Salmos 11:3


Hermanos y hermanas, debemos abandonar cualquier fundamento que no sea Cristo y su glorioso propósito e ir por el oro del conocimiento de la Gloria de Dios, en el rostro de Jesucristo.


http://www.odresnuevos.org/articulo.php?IdArticulo=1
Por Milt Rodriguez 

BETANIA

                                                                                                                                                                             Betania era el único lugar donde Jesucristo fue auténticamente y alegremente recibido. Era el único lugar donde se sintió como en casa. 

Esta es la característica más destacada de Betania. Y también es la primera 
característica que quiere Dios en la Iglesia. 
Jesucristo fue rechazado en el mundo, pero fue recibido en Betania. 
¿Y que significa, exactamente, recibir al Señor Jesucristo? Sin duda, todas las 
iglesias del mundo en este instante nos asegurarían que han recibido al Señor; pero, 
me gustaría expandir nuestra visión y comprensión sobre que significa recibirle 
adecuadamente. 
¿Cómo puede la Iglesia darle su debido y legítimo lugar? Esta es una pregunta 
imprescindible, ya que sobre ella recaen todos los aspectos de la restauración en la 
Iglesia. Creo que la Iglesia nunca será restaurada hasta que podamos entender como 
debemos recibir al Señor como es debido. 

Según mis observaciones creo que hay tres aspectos imprescindibles involucrados 
en la recepción apropiada de Jesucristo. 

1) Recibir a Cristo como es debido es darle su lugar de honra, supremacía y 
centralismo. Durante casi 20 años vengo reuniéndome en iglesias locales, y en mi 
opinión, no muchas de estas iglesias elevan a Cristo a esa posición central y suprema. 
Normalmente, prestan más atención a alguna otra cosa. 
Pero he aquí lo más trágico: las iglesias que sí se centran en Cristo tienen la 
tendencia de ser parte de movimientos [elitistas] y [sectarianas]. Y por su actitud y sus 
prácticas, traicionan al mismo Dios del cual se han centralizado. 
He hecho esta declaración muchas veces, sectarismo y elitismo son como el olor 
corporal; todos lo pueden oler excepto aquellos que lo tienen.” 
No os confundáis: Jesucristo no se siente como en casa dentro de una iglesia 
sectaria o elitista.    
Podríamos discutir todo el día sobre lo que significa poner a Dios en esa posición 
central y suprema, pero no tenemos tiempo. Solo os diré que Jesucristo no se 
conformará con ocupar la segunda posición. No se siente recibido en una iglesia que 
no le da esa posición de supremacía y centralidad absoluta. Quiere ser más que un 
invitado; quiere ser el amo de la casa. 
He visto como muchas iglesias tratan al Señor como si fuera un huésped de honor 
invisible. Pero un huésped aún es un invitado, y Dios quiere ser más que eso. Quiere 
ocupar su puesto como el jefe de la Iglesia. Sólo en un lugar y entre una gente que 
pueda sentirse realmente como en casa.  

2) Recibir a Cristo es recibirle a todo Él. He conocido a algunas iglesias locales  
que reciben el ministerio de Cristo sobre Su predicación, pero rechazan Su ministerio 
de curación. Otras, que reciben a Su ministerio de bendición, pero rechazan Su 
ministerio de sufrimiento. Es decir, aceptan el poder de Su resurrección, pero rechazan 
la comunión [comunidad] de Su sufrimiento. 
He conocido a iglesias que reciben Su ministerio de enseñanza, pero rechazan Su 
ministerio de ayudar a los pobres y a los oprimidos. Incluso otros reciben Su ministerio 
acerca de edificar/aumentar/fortalecer el Cuerpo, pero rechazan Su ministerio centrado 
en alcanzar a los que están perdidos. 
Recibir a Cristo así, a trozos, es recibirle según nuestras propias condiciones. Él es 
una Persona entera, y por lo tanto, no podemos decir que queremos una parte y no las 
otras. 
Betania era un lugar donde Cristo todo Él era bienvenido y recibido. 

3) Recibir a Cristo significa recibir a todos aquellos que forman parte de Él. 
En varias ocasiones, Jesús hizo ésta declaración, “Aquél que reciba a aquellos que yo 
envío me recibe a mi.” 
Betania es el lugar que recibe a todos aquellos que Cristo envía; recibe a todos 
aquellos que le pertenecen a Él. 
Cualquier iglesia que da la bienvenida a algunos miembros del Cuerpo, pero no a 
otros, no está recibiendo a Cristo. 
La excepción: no recibimos a aquellos que trabajan en contra de la  misión de 
Cristo—que es la unidad. Aquellos sectarios que deseen “dividir y conquistar” para su 
movimiento, no los debemos aceptar. Ese es el espíritu de divisibilidad, y va en contra 
de Cristo (Rom 16:17). 
Dejadme articular una de las mayores tentaciones por las iglesias de hoy en día: la 
tentación es convertirnos en un grupo apartado, estancado y cerrado. 
Betania acepta a todos aquellos a los que Cristo ha recibido, y son bienvenidos. 
Hacerlo de cualquier otro modo es como decir, “Señor, cogeremos tu mano y tu 
brazo, pero no queremos ni tu pie ni tu pierna.” 
Ser exclusivos y cerrados es, en definitiva, desmembrar a Jesucristo. Claro y 
sencillo. 
Es muy interesante que incluso los judíos no-creyentes se sintieran bienvenidos en 
Betania (Juan 12:6). 
Betania, como el Señor Jesucristo, es radicalmente inclusivo. 
Cuando Jesús es bienvenido entre una gente Él siempre da la bienvenida a todos 
aquellos que visitan a esa misma gente. Hay un elemento de bienvenida. . . un 
ingrediente de atracción. . . que atrae a otros. Es el aroma acogedor de Jesucristo. 
Nosotros le acogemos, y Él acoge a todos aquellos que son suyos. Esto es la 
Iglesia. 
Desafortunadamente, he ido a muchas iglesias que no poseían un ambiente 
acogedor hacia sus visitantes. Al contrario, se respiraba un aire de exclusivismo y de 
limitación. Estas cosas traicionan al espíritu de Betania, y nos muestran claramente 
que el Señor no ha sido recibido completamente.   
En breve, el Señor busca un lugar donde se le reciba completamente y sea 
bienvenido del todo. No Cristo más algo más, ni Cristo menos otra cosa. Cristo entero. 
Dios está buscando gente que reciba a Cristo como su todo, y así es como Dios 
quiere a su Iglesia. 





                                                                        ABSTRACTO LIBRO POR FRANK VIOLA. " BETANIA "